El neófito discípulo guarda silencio, para evitar ideas erróneas, debido al inadecuado conocimiento. Debe poner atención a la perfección y al trabajo personales, dejando que los demás hagan lo mismo, y así aprender la lección de la experiencia. La humanidad necesita, más que nunca, guardar silencio; necesita tiempo para reflexionar y tener la oportunidad de sentir el ritmo universal.
Alice A. Bailey
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